lunes, 15 de septiembre de 2008
lunes, 8 de septiembre de 2008
las mujeres y los postes, nuestra comunicación urbana
poco tiempo después de escribir el post previo -"las mujeres y los postes"- recibí un par de comentarios interesantes a mi casilla de correo (circulé el post también por una lista de interés). uno de estos comentarios (de mi amiga irma pflucker) se detenía especialmente en lo que yo había escrito sobre el cuerpo femenino, señalando que es una "valoración cerrada".
transcribo lo sustancial del argumento:
Por ende creo que no debemos generar una valoración tan cerrada sobre las experiencias que son vividas por quienes tomaron al fin y al cabo una decisión, me refiero a ese párrafo donde dices" no me resulta una buena comparación, pues el cuestionamiento de la potencia sexual en un varón no tiene ni de lejos el mismo significado vital -ni las implicancias éticas- que la experiencia de un embarazo no deseado." Creo que seguir reproduciendo la lógica de encontrar "la más victima entre las víctimas" termina (queriendo o no) siendo una práctica discriminadora y excluyente. No pretendo invisibilizar a nadie, Al contrario reconociendo sus especificidades creo que es importante tener claro que para cualquiera de los casos el alto riesgo al que exponen su vida cuando acuden a esos sitios es el mismo.
A ver si lo puedo decir con más claridad: más allá de la búsqueda de la víctima entre las víctimas, o el subalterno entre los subalternos (siguiendo la crítica a la onda de los estudios culturales), lo que opondría a lo que me plantea mi comentarista (esto es, que mi forma de acercarme al problema en el planteamiento de mi ensayo fotográfico es discriminador y excluyente) es algo que quizá, de puro obvio, no escribí: el señalamiento moral, el estigma, recae sobre el cuerpo de la mujer. el afán por una herramienta sexual "more longer and bigger" no merece dos palabras, por ejemplo, de la iglesia católica, ni una sostenida campaña de los sectores conservadores por controlar el discurso sobre el tema en los manuales escolares, que desata de vez en cuando escaramuzas entre los bandos involucrados y guerras sicológicas en las oficinas de los ministerios de salud y educación, habitados por fieles creyentes y militantes católicos. en ese registro de preocupación pública, no me parecen dos hechos comparables, aunque lo sean en la situación de desinformación y falta de recursos (y de capacidad de movilización de recursos) que se señalan como características comunes en la decisión de optar por los servicios referidos..
de otro lado, los cambios "estéticos" (hacerse "más bello", "producirse" el cuerpo, "corregir" un defecto, remarcar un atributo) merecen otro tipo de condena, por ejemplo, que se trata de frivolidad, de ser materialista, superficial. otra variante de la critica, cuando se trata de acercar al paciente a cierto modelo de belleza, apunta a señalar a éste como alguien que niega su origen (que es una forma de revestir que lo que horroriza es que niegue su "destino", como apunta la reflexión de willy nugent sobre bob lópez)
un argumento completo sin duda debe partir por considerar la ausencia de un servicio de salud público decente (y de un sistema privado accesible y democrático, es decir, que no se bandee en los extremos de la estafa y el lujo), pero mi ensayo no intenta ser la última palabra, sino simplemente un acercamiento, no desde el hecho real de la exposición de la salud, sino desde el hecho simbólico de la exposición de la oferta "velada" de intervención clínica (real o potencialmente peligrosa) sobre el cuerpo femenino, una intervención que es, por decirlo de manera sucinta, polémica.
quería retratar mi perplejidad ante la abundancia del avisaje que nos da cuenta de un "mercado" que al ser negado sistemáticamente por las políticas de salud realmente existentes, es paradójicamente producido por ellas. elegí como medio el registro fotográfico porque era la salida más próxima a mis posibilidades de producir reflexión al respecto. pensé sin embargo que una línea pendiente podría ser explorar la ubicación, distribución, periodicidad o la concentración de este avisaje, pero mientras mi flojera, disfrazada de científica, me hacía poner en duda la utilidad o productividad de esas preguntas, o incluso la viabilidad del método (sí, hasta allí llego a veces), mejor saco la cámara a la calle, me dije.
lo que he querido relevar en el planteamiento original, lo que trataba de argumentar mediante el registro fotográfico y no necesariamente mediante el texto (espero que las fotos en este post se defiendan mejor), es que revelamos lo que somos como sociedad urbana (en nuestras formas de comunicación en las calles) en la forma de publicitar un servicio de este tipo, ofertándolo en ese formato que combina:
- soporte económico de papel de poste, diseño escueto, fotocopia o impresión lo-fi: la baratura asociada a la clandestinidad, la clandestinidad al riesgo o el teóricamente inestable retorno de la inversión, lo que habla bastante de las dificultades en las que se forman y consolidan los mercados "informales" (no alcanzados por una política pública en el perú o no convertidos en una). ¿el soporte feble es la expresión de un tipo de mercado de servicios?
fuera de las opiniones que se puedan tener acerca de tratar en estos términos el asunto, si hay oferta y hay demanda, es un mercado y algunos elementos tendrá en común con otros mercados "informales" (informales en el sentido precisado líneas arriba) que nos permita entender mejor este "sistema" (comparar con mercados como el que rige actualmente para el transporte público interprovincial en perú, los espectáculos públicos de música popular en el mismo país) - juego, mas bien trampa de palabras. de un lado el evidente uso del eufemismo "atraso menstrual" para nombrar el aborto o interrupción de la gestación, de otro lado el uso de términos que son guiños a la publicidad de "productos" (clichés: "100% garantizado", "solución inmediata", "en 24 horas") y de cierta gráfica elemental (los rótulos que enmarcan estos slogans). un número de teléfono, indicando a veces si es fijo o celular.
jueves, 10 de julio de 2008
las mujeres y los postes, la ciudad y el género
brevísimo apunte para un ensayo fotográfico
a veces, mientras voy en el micro, trato de ensayar variantes a la pregunta de qué es lo que tienen en común estos avisos y ofertas para compartir ese soporte y esa casi natural ubicación en los postes. hay algunas constantes evidentes: cerca a centros de estudio, ofertas educativas o de soluciones rápidas a las angustias de fin de semestre (MONOGRAFIAS), al lado de los kioskos de periódicos, las oportunidades inmobiliarias al alcance del bolsillo (ALQUILO CUARTO, PENSIÓN) y las ofertas de chamba (EMPRESA BUSCA, NECESITO CHOFER)... y así, varias.
hacer el ejercicio de encontrar constantes que relacionan los lugares, las zonas, con la concentración o recurrencia de cierta clase de avisos puede parecer simplemente un jueguito personal mientras uno se desplaza o un tema para una variante ingeniosa de programas de tele con feeling urbano tipo a la vuelta de la esquina o vamos a hacer la plaza con fulanito. puede ser. yo quiero sugerir que se piense en esa relación entre los lugares, o las "zonas" como se dice de común, y cierto tipo de aviso, mirando las siguientes fotografías, tomadas en distintos distritos de Lima:
por lo demás, no encuentro algo equivalente que un hombre pudiera ver en la calle. algo que viera en la calle y le aludiera - a él, a su cuerpo- del modo que hacen los anuncios de las fotos, si reparamos en ellos. un anuncio de viagra o de alguna pócima por el estilo no me resulta una buena comparación, pues el cuestionamiento de la potencia sexual en un varón no tiene ni de lejos el mismo significado vital -ni las implicancias éticas- que la experiencia de un embarazo no deseado. un embarazo no deseado de una mujer pobre o sin acceso a información, o ambas cosas. o sin soporte familiar o de su compañero sexual. una chica muy chica que tiene que salir del mal paso antes que se den cuenta en la casa. una señora muy puesta pero con mucha prole y con un marido de esos. o una pareja jovencísima, de las palteadas típicas, a lo decisiones.
en el post anterior dejé el link a un conocido texto de héctor velarde, en el que, con un humor que ya no da para estos tiempos, formula una redonda estampa de lima y del temperamento limeño a partir de la afirmación "la subconsciencia de la ciudad entera está en todos sus techos". yo, que he estado mirando postes, me pregunto cuál es su ubicación en las coordenadas de la conciencia de la ciudad y en el temperamento de la ciudad en relación a las mujeres. y no sé si hay mucho margen para la interpretación, o como dice el paciente garcía (charly, no alan), lo que ves es lo que hay. o sea, limamalalima.
Estado dificulta todo acceso al aborto legal terapéutico, hoy en diario la república
BBC revisión de la situación en América Latina
aborto clandestino, una forma de inequidad y exclusión x delicia ferrando
el aborto clandestino en el perú x inés romero
domingo, 6 de julio de 2008
un techo para mi país
DETRAS DE LA PARED NO HABÍA NADA -eso creo- y ella
de espaldas -tampoco sé qué piensa-
lleva más de media hora con la mirada fija en algún punto
¿atractivo? para quién será atractivo ese punto
de la pared sin parpadear sin moverse a los 65 años
ni siquiera en los peores momentos -ahora-
perdía la costumbre de subir a descansar allí
-de vecina gritona e indeseable –
nadie toma en cuenta una pared de 20 x 50
muy elevada para la municipalidad
horrible para mi gusto
sólo yo sé que detrás se levantan más casas y construcciones
pésimas fuera de plano techos cementerio de ballenas
atestados de muebles viejos artefactos en desuso
y aves de corral enjauladas
ella conoce bien el juego de la arqueología
y ahora juega buscando entre escombros
el origen de una vida que fue
y continúa jugueteando con la nube de polvo que levanta
con sus saltitos amaestrados ese animalito enfermo
todo en su vida siempre lo supo desde el pronóstico del tiempo
sería esta casa sin hijas y con un esposo atrapado
en un cuadro sin flores como el de su Sarita Colonia bendita
mil y muchas glorias dichas contadas como sus mentiras
siempre en versiones diferentes que ya olvidó
-promete no olvidar más- pero no se trata de él
esta vez no ha movido el brazo derecho
que como toda buena enfermera debería mantener ágil
pero acaricia el lomo erizado de ese ser espectral
que ladra todas las noches y que a pesar de todo no la odia
con la punta del pie
con la misma con la que acostumbra a patear
su platito de comida y derramarlo en un montón de desmonte
que conserva en su techo
el más sucio y descuidado de la vecindad
por eso nos quejamos ¿y el perro le ladra?
y el perro le ladra y ella no deja ¿será por eso?
de mirar esta vieja pared la única
que logró terminar su esposo gracias a su trabajo
siempre a medio tiempo siempre
interrumpido por alguna enfermedad o un viaje
inesperado a provincia cuando ella no estaba sola
y tenía esperanzas por ejemplo
de levantar una pared más alta que ésta
y criar sus animalitos sin que los vecinos la anden husmeando
y reventar cohetones para las fiestas del Corpus Christi
y llevar esa procesión muy adentro
en su refugio de paredes altas y fuertes de ladrillo
que no se parecen en nada a las de estos hogares de ciudad
¿hogares perfectos?
a los que nadie se atrevería a traerles abajo una pared
roxana crisólogo, abajo sobre el cielo
los techos de lima: sicoanálisis de la ciudad x héctor velarde
representaciones: lima bidimensional x manuel munive
sábado, 5 de julio de 2008
todo acto o voz genial viene del pueblo y va hacia él
seleccioné las que más me afanan entre las fotos de mi colección de (... no tiene nombre esta colección)
malcriado y peluche
tico emo
protagonista de las más diversas leyendas urbanas y de los más ciertos siniestros en las pistas limeñas, qué vehículo más estigmatizado que un tico. y eso que este no es amarillo...
el "muchacho difícil" y "el inquieto"
advertencias para el que viene tras uno. guerra avisada no mata gente.
picaflorcito
por ahora no podemos saber si se trata de una alusión a algún ídolo de la música vernacular, el tierno apodo del señor chofer o una velada indicación para los amigos del volante que marchan tras él, que sabrán atenerse a los movimientos de entrada y salida intempestiva que sugiere el nombre picaflorcito, que se llevará a los pasajeros de cualquier esquina o a mitad de una calle. otra hipótesis es que sea una coquetería con las muchachas que trabajan en la ruta. una guapa crucerista, una datera quimbosa, la hija de la seño de las yuquitas. vaya usté a saber. así que recordé una columna que leí en el periódico, donde -el autor es un conocido antropólogo- se trascribe la letra de una canción que una chica canta en un tono ayacuchano...